BOLETÍN 43: Queremos el dinero mientras esperamos al comunismo

Estimados amigos y amigas

Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social.

La foto de arriba fue tomada en Paris. El eslogan en la pared es emblemático sobre el estado de ánimo:queremos el dinero mientras esperamos al comunismo. Hay algo de la ironía y frivolidad que viene del grafiti de 1968. Ha habido cantos y bailes en las calles, ha habido júbilo y finalmente, finalmente, la gente está diciendo Basta, basta de ser tratados como la última rueda del coche por los responsables de las políticas públicas y los propietarios. La gente quiere ser tomada en serio. Quieren que sus quejas y sus esperanzas sean las que dan forma a la política, no la avaricia de las corporaciones y el cinismo de la clase política.

 

Susan Ram, que está escribiendo un libro sobre la izquierda francesa para LeftWord Books (Nueva Delhi), tiene una evaluación clara del movimiento de los chalecos amarillos (gilets jaunes) en su quinta semana de protestas – Act V Macron Démission [Acto 5 Macron, renuncia]. La ira y la determinación definen las protestas de los chalecos amarillos. Los intentos del Presidente Emmanuel Macron de seducir al país y de la policía de aplastarlos con la represión, no han tenido éxito. La policía parece exhausta, el presupuesto de Macron se estremece. Prabhat Paatnaik muestra como las concesiones de Macron son ilusorias, una «táctica de estancamiento y engaño». Como no está dispuesto a hacer que los ricos paguen impuestos, Macron se endeudará para conceder algunas demandas, pondrá a las finanzas de Francia en problemas y luego fingirá arrepentimiento cuando él o su sucesor o sucesora promulgue políticas de austeridad. Este es el estilo de los políticos neoliberales. Es lo que Prabhat explica en nuestro Dossier No 7.

Queremos el dinero en efectivo, dicen los chalecos amarillos, como preludio a una emancipación radical.

En Beijing (República Popular China), me reuní con un funcionario -un viejo amigo-, que me dice que la protesta de los chalecos amarillos tendrá vertientes en todas partes, incluso en Asia. Las políticas neoliberales se han comido a la sociedad, han canibalizando los lazos que unen a las personas y han empobrecido la vida cotidiana. Es un problema, concuerda, incluso en China, donde las formas sociales revolucionarias posteriores a1949 ya no se toman en serio.

El eslogan de 1983 de Deng Xiaoping: dejemos que algunas personas se enriquezcan primero (rang yi bu fen ren xian fu qi lai) tiene fecha. También es malentendido. Es muy fácil tener una impresión caricaturesca de China, con opiniones que van desde creer que China es un país totalmente capitalista hasta considerar que es un bastión maoísta. Ninguna de ellas es totalmente correcta. Las aspiraciones desarrolladas por la Revolución de 1949 permanecen, el sentimiento de que nadie necesita ser pobre, nadie debe sufrir privaciones y todxs deben ser tratados con dignidad, perdura. Hacerse rico no es necesariamente convertirse en capitalista. Entre lxs trabajadorxs ha llegado a significar que no quieren vivir durante generaciones en la pobreza.

Lo que falta, dice un profesor de alto nivel, es el espíritu colectivo producido por la Revolución de 1949. Todos los procesos revolucionarios pierden su energía, son absorbidos por los problemas cotidianos de la distribución de recursos y por la burocracia del poder. Es instructivo leer textos de Lenin, Ho Chi Mihn y Mao Zedong escritos en los años posteriores a las revoluciones. Todos advierten sobre esta pérdida de energía, este sentimiento de desapego de los funcionarios respecto al pueblo. Es un problema señalado por el actual Primer Ministro de China, Xi Jingping quien ha defendido el estudio del marxismo y ha pedido nuevos valores en el gobierno. Canalizar las aspiraciones desde la ganancia individual hacia el desarrollo social no es una tarea sencilla, especialmente porque existe un impulso cultural global para reducir la personalidad humana a la de un ser que consume.

El martes, visité el Gran Salón del Pueblo y el Museo Nacional de China. Se celebra el 40º aniversario de la era de la reforma. En 1978, el Tercer Pleno del 11º Comité Central del Partido Comunista tuvo lugar en el Hotel Jingxi, al final de la calle de la Plaza de Tiananmen. Fue en este Pleno que el líder del partido, Deng Xiaoping, pidió la apertura de la economía china y la entrada de las fuerzas del mercado en la economía. Poco después de esta reunión, Deng se reunió con el Primer Ministro de Japón, Masayoshi Ohira, a quien le dijo que el pueblo chino estaría cómodo (xiaokang) para 2025. En la celebración de esta semana, el Presidente Xi Jingping aplaudió tres fases de la modernidad china: el Movimiento del 4 de Mayo de 1911, la Revolución de 1949 y la Era de la Reforma que comenzó en 1978. Estos acontecimientos permitieron a China -un país pobre y agrícola-, romper la consciencia profunda de sumisión feudal y acabar con el hambre. Mi reportaje desde el Gran Salón y el Museo está aquí.

Sin embargo, siguen existiendo problemas, y algunos de ellos muy graves. Como los acontecimientos en Xinjiang, con la detención de un número desconocido de integrantes de la minoría uigur y los arrestos de estudiantes marxistas que habían ido a ofrecer solidaridad a lxs trabajadorxs de Jasic Technology en Shenzhen. Es difícil imaginar la promoción del marxismo y al mismo tiempo la violación de principios marxistas básicos como los derechos de las minorías y los derechos a la organización de lxs trabajadorxs.

El cuadro de arriba es un detalle de una gran obra en tinta y pintura de Tang Yongli, instalada en el Museo en 2015. Representa el primer Comité Central del Partido Comunista en 1949.

La brecha entre los dilemas en China, en un extremo de Asia y el trauma de Yemen en el otro, es significativa. Yemen sigue al borde de la inanición, con más de la mitad de su población sin posibilidad de sobrevivir. Estas son las consecuencias de la locura de la guerra, la guerra de los saudíes y los emiratíes. La semana pasada, las facciones yemenitas firmaron un acuerdo para reducir la intensidad de la guerra, sin participación de los saudíes y los emiratíes. No obstante, la ONU sugiere que esto podría abrir un camino para avanzar. Mi columna de esta semana profundiza en la guerra. Los funcionarios chinos dicen que esperan ansiosos la estabilidad en la Península Arábiga, ya que la guerra interrumpe su iniciativa de «Nueva Ruta de la Seda». La presión de todas partes sobre los saudíes y emiratíes -en particular- es importante. El hecho de que el Senado de los Estados Unidos haya votado para no permitir que los Estados Unidos sean beligerantes en la guerra es parte de este proceso.

La pintura de arriba es de Hakim al-Hakel, uno de los artistas más distinguidos de Yemen, ahora exiliado en Jordania. Al-Hakel ha estado pintando una serie de retratos de yemenís, con un aura nostálgica a su alrededor. «Siento que la ciudad yemení vive dentro de mi», dice.

El compromiso de China con fuentes de energía alternativas a aquellas basadas en el carbono es encomiable. Países como China, que siguen teniendo una gran cantidad de población con aspiraciones normales, han dejado en claro que no son los principales responsables del cambio climático y que el presupuesto de carbono que queda debe dar prioridad a los países en desarrollo. Esta ha sido su posición de partida para las negociaciones.

Esto es lo que el «mundo desarrollado» niega. En la reunión de Katowice (Polonia), el mundo en desarrollo sufrió una grave derrota. T. Jayaraman y Tejal Kanitkar del Tata Institute of Social Sciencesescriben que el objetivo de las negociaciones no fue abordar el cambio climático sino «asegurarse de que el mundo, tanto en el comercio como en el clima, siga siendo desigual». «Considero, reflexionando más profundamente», dijo Jayaraman, «que el resultado de estas conversaciones es una derrota estratégica para la vasta mayoría de países en desarrollo».

En la isla de Naoshima (Japón), Shinro Otha ha construido parte de su proyecto Shipyard Works [Trabajos en astilleros]. La imagen de arriba es de Stern With Hole [Popa con agujero] (1990). Es una premonición sobre lo que quedará después que la humanidad se haya extinguido.

 

Alertas desde Brasil, donde el presidente por posesionarse, Jair Bolsonaro, ha realizado comentariostemerarios sobre la tala en la selva amazónica, el bosque tropical más grande del mundo. El segundo más grande bosque tropical está en la República Democrática del Congo (RDC), y almacena el 8% del carbono forestal mundial. La RDC es rica pero su población es pobre (ocupa la posición 176 de 189 en el Índice de Desarrollo Humano del PNUD). Kambale Musavuli de Friends of the Congo, me cuenta sobre «el flujo continuo de coltán, cobre, cobalto y otros minerales estratégicos de la RDC que son vitales para las principales industrias mundiales». Ustedes no pueden leer este boletín en sus teléfonos inteligentes sin coltán. La guerra se ha convertido en una cortina de humo para el robo de los recursos de la RDC, el empobrecimiento de su pueblo y el lento desgaste de su selva tropical.

El domingo 23 de diciembre el pueblo de la República Democrática del Congo votará por un nuevo líder. Las elecciones están caracterizadas por la violencia y la corrupción. Kambale Musavuki pregunta «¿Puede el pueblo congoleño lograr cambiar radicalmente su desesperada situación?». Se han visto atrapados en la pobreza abyecta y el conflicto entre las élites locales que están confabuladas con las corporaciones multinacionales. Las riquezas del Congo están siendo saqueadas. Los activistas del lado bueno de la historia son desaparecidos. Kambale señala la determinación de la juventud, que a menudo está en las calles, de producir una RDC más justa, una RDC para sus 80 millones de habitantes y para su tierra y no una RDC para multimillonarios como George Forrest, Moises Katumbi, Youssef Mansur y Jean Pierre Bemba o una RDC para las corporaciones multinacionales como Glencore y Banro.

La pintura de arriba es del pintor Zemba Luzamba de la RDC. Se llama Paparazzi. Es un pequeño gesto hacia la falta de atención de los medios sobre la RDC, el epicentro de la destrucción del planeta por parte del capitalismo.

Hablando de los impulsos destructivos del capitalismo: Lisa Girion de Reuters escribió un reportajeincreíble sobre como Johnson & Johnson (ingresos en 2017: 76.500 millones de dólares) escondió las propiedades cancerígenas de su icónico talco para bebés. Esta es una historia sobre como el deseo de ganancias de las empresas supera a todas las demás emociones humanas, como el cuidado de la vida de los seres humanos. El problema es el asbesto en una forma conocida como tremolita. En 1969, William Ashton de Johnson & Johnson escribió para preguntarle a un médico de la compañía: «Históricamente, en nuestra compañía, la tremolita ha sido mala, ¿qué mala es la tremolita desde el punto de vista médico y cuánto de ella puede estar inocuamente en una base de talco que podamos desarrollar?» El doctor respondió que no se debía utilizar tremolita. Pero continuó siendo utilizada, poniendo en peligro los «pulmones de los bebés», como dijo el hijo del fundador de la empresa. El dinero es más importante que la salud de la infancia. Esa es la brújula moral del sistema.

No es de extrañar que los chalecos amarillos en Francia y los campesinos en la India salgan a las calles. No es de extrañar que los jóvenes de la República Democrática del Congo quieran unirse a ellos.

Cordialmente,

Vijay

Nuestra imagen a continuación es la de Andrée Blouin (1921-1986), feminista, panafricanista y activista anticolonialista. Jugó un papel decisivo en la lucha por la independencia congoleña, sirviendo en el primer gobierno del Congo libre junto a Patrice Lumumba. “Quiero que África sea amor”, dijo. “Hablo de mi país, África, porque quiero que sea conocido. No podemos amar lo que no conocemos. Conocer es lo primero, luego viene el amor. Donde hay conocimiento, seguramente habrá amor».

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