Estimados amigos y amigas

Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social

El resultado de las elecciones en Brasil es espantoso. Jair Bolsonaro, quien asumirá el poder el próximo año, será el jefe de gobierno más extremista del planeta. Si corta la selva amazónica como promete, será catastrófico para la vida. Bolsonaro puede meterse en un tipo de Braxit, la salida de Brasil de los BRICS y su entrada en la OCDE, sacar a Brasil de su compromiso con el Sur y ponerlo en brazos de Occidente. Desde Rodrigo Duterte hasta Bolsonaro, de Narenda Modi a Donald Trump, los hombres duros se han hecho cargo (mi breve nota sobre las elecciones en The Hindu). Esto hombres están cortados con la misma tijera. La crueldad del neofascismo alienta la violencia contra la gente común, y protege la riqueza de la oligarquía. Esta es una violencia de los locos. La vigilancia de personas sensibles es esencial. Nada de esto es normal. Verlo así es una derrota. Vivimos en una era de lo anormal, una era de monstruos, una era de hombres duros, de devastación de la humanidad, de dolor de la gente decente.

Este es el dolor que Joao Pedro Stédile, líder Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil refleja cuando insiste en que el antídoto contra los hombres duros es la renovación de la izquierda y la unidad de las fuerzas populares.

La pintura de arriba es de Teresinha Soares, de su serie conocida como Vietnam (1968). Bien podría llamarse Brasil.

Nuestro boletín esta semana es ligeramente diferente. La mayor parte es el texto de una charla que di en una conferencia sobre el trabajo del economista marxista Samir Amin (1931-2018) en Ramallah (Palestina). Esta semana lanzamos nuestro primer Cuaderno, que comprende una de las últimas entrevistas dadas por Samir Amin. La entrevista fue realizada por Jitheesh PM and Jipson John, quienes recibieron una beca de investigación del Instituto Tricontinental de Investigación Social. Ha sido bellamente diseñada en esteCuaderno por Tings Chak. Por favor lean el Cuaderno, lo pueden descargar gratis aquí. Utilícenlo como prefieran, para dar clase, como documento de discusión, y entréguelo a las personas que podrían beneficiarse de una introducción al trabajo de Samir Amin.

Próximamente en LeftWord Books, Only People Make Their Own History: Political Essays, 2000-2018,[“Solo los pueblos hacen su propia historia: ensayos políticos”, en traducción libre] una compilación de ensayos de Samir con una introducción de su amigo, el intelectual marxista Aijaz Ahmad.

Pero ahora, un breve desvío a otro mundo.

Usted es parte de un movimiento popular que acaba de tomar el poder en su país. Su compromiso no es con el nacionalismo burgués sino con el socialismo. Usted es de un país que ha estado sometido al dominio colonial y luego a la subordinación neocolonial o es de un país que no fue colonizado formalmente, pero que, sin embargo, experimentó todo el peso del imperialismo. Su economía está destrozada, sus materias primas han sido extraídas del país, su pueblo reducido a mano de obra de la cadena global de commodities. Su país no ha sido capaz de forjar una política exterior independiente ni políticas sociales amplias. Un levantamiento popular que comenzó con una protesta anti-FMI lo lleva al poder. La ventana de posibilidades para su gobierno ha comenzado a cerrarse apenas se abrió.

¿Qué haría usted?

El embajador de Estados Unidos, acompañado por una delegación de representantes locales de empresas capitalistas monopólicas y la oligarquía local- viene a visitarlo, a usted y a sus compañerxs. Esta manada de personas importantes revolotea alrededor, para asegurarse de que su gobierno deje de lado sus grandes promesas al pueblo y luego de unos tibios esquemas de transferencias monetarias para atacar la terrible pobreza, vuelva al status quo. Después de todo, dice el embajador de Estados Unidos, el status quo ha sido bueno para el país. La inversión extrajera directa ha fluido, el informe de la visita del equipo del FMI ha sido productivo, el PIB es alto, la moneda es relativamente estable, y la oligarquía, bueno, la oligarquía ha sido el orgullo de la nación. El embajador mueve un dedo delante de su cara: los contratos de armas tienen que ser firmados, los acuerdos militares tienen que ser ratificados. El barco está estable dice el embajador.

Usted sabía que esta delegación vendría a verlo. Nada de lo que dicen o hacen le sorprende. Países como el suyo -países atrasados (thakalluf)- no controlan su destino. El dominio colonial alteró la estructura política, económica y social. Antiguos notables han sido desplazados o absorbidos por el nuevo mundo donde se convirtieron en meros representantes de fuerzas que viven en otros lugares. Las nuevas elites que surgieron representaban sus propios intereses con certeza, pero también los de fuerzas externas, no los de su propia población que había sido reducida a despojos por el saqueo del dominio colonial. La pobreza vino junto con el analfabetismo y las enfermedades. El atraso no es culpa de su cultura, sino de esta historia imperialista. Su movimiento salió de los barrios marginales, donde vive la mayoría de su gente. Ellos han conversado con usted. Le han dado su programa de acción. Quieren que actúe.

Cuando el pueblo ganó la independencia, o derrocó su monarquía hace 50 años, las nuevas élites tomaron el poder. Ellas ofrecieron sus materias primas y sus trabajadorxs por precios mínimos, siempre y cuando obtuvieran una parte de las ganancias. Para esto es para lo que habían ganado la independencia, para aumentar su parte del robo. Este soborno a gran escala se replica luego bajando la ladera de clase, cuando su país se convirtió en un país de sobornos más que de iniciativa social. Ningún desarrollo podría llegar a su país, cuyo avance social fue bloqueado por obstáculos estructurales como los términos de intercambio internacional de sus productos primarios y su dependencia de los financistas de las antiguas potencias coloniales. Sus ricos minerales y productos agrícolas tienen precios fluctuantes, pero siempre bajos, mientras que los precios de los bienes manufacturados que importa de las potencias imperialistas aumentan. La brecha entre estos dos deja a su tesoro público en deuda permanente. Pide dinero prestado de los bancos de los países imperialistas y usa sus monedas para su comercio internacional, y ambos lo llevan a lo que saben que es el imperialismo de las altas finanzas. El subdesarrollo es el único desarrollo que experimenta su país.

Su grupo de revolucionarixs ha pasado décadas bajo las nubes de guerra del FMI estudiando el «ajuste unilateral» impuesto en su país. Usted descubre a Samir Amin, quien le proporciona el concepto de ajuste unilateral. Significa que el marco de políticas públicas para cualquier gobierno de su país se encauza mediante reglas hechas en otros lugares, reglas que benefician a las ex potencias coloniales y empobrecen a su país. Incluso los socialistas están atrapados por este ajuste estructural. Las estructuras como los términos de intercambio desigual y el pillaje a la antigua disminuyen vampíricamente las riquezas de su país. Su país se ve obligado a adaptarse a las necesidades e intereses de las antiguas potencias coloniales. Usted nunca será libre.

Este es el momento para que pruebe la teoría de desconexión, el concepto que usted aprendió de Samir Amin. Desconectarse no es romper con el mundo y aislarse. El aislamiento no es posible. Si rompe con el ajuste unilateral, será derrocado por un golpe de Estado o una intervención militar en nombre de salvar civiles o su país estará bajo sanciones y embargos por décadas. Usted no quiere aislarse. Usted es internacionalista. Desconectarse significa luchar por un marco alternativo para sus relaciones con el mundo, forzar a los otros a ajustarse a las necesidades de la clase trabajadora y del campesinado en su país y en otros países. Desconectarse, usted lee en Samir Amin, significa: «modificar las condiciones de la globalización»

Usted despide a la delegación cortésmente. Las firmas no se pueden hacer ahora. Tendrán que esperar.

Hay un gran número de personas reunidas frente al palacio presidencial. Se presenta ante ellos. Su futuro está en la balanza. Lo miran. Quieren que los represente contra el embajador estadounidense, los traficantes de armas, los oligarcas, los generales militares, los capitalistas monopolistas, el FMI, el Banco Mundial, las ONG.

Su discurso será largo. Hay mucho que decir. Será interrumpido. El pueblo tiene que decir su opinión. Usted anuncia una serie de decretos.

Decreto No 1. Controles de capital. Usted anuncia que los mercados de capital ya no son libres, que ahora habrá barreras a la capacidad del capital de entrar y salir de su país a voluntad. Ahora habrá restricciones a la compra y venta de su moneda nacional, habrá requisitos de estadía mínima para el capital extranjero e impuestos a las transacciones de salida de moneda de su país. Estos controles, esenciales como primer paso, permitirán al gobierno cierta autonomía para desarrollar una política monetaria independiente y perseguir una agenda socialista.

Decreto No 2. Renegociación inmediata de todos los contratos extractivos. Usted dice que todos los acuerdos mineros previos son ahora nulos e inválidos y que serán renegociados de inmediato. Su Ministerio de Minería y su Ministerio de Economía serán acuciosos en la revisión de los contratos, asegurándose de eliminar cualquier posibilidad de falsificación de precios y otros medios fraudulentos utilizados por las empresas monopólicas para extraer ganancias extra en los precios de los minerales. También insistirá en que las empresas mineras procesen la materia prima dentro su país, que transfieran tecnología a la empresa minera estatal de modo que pueda comenzar a hacer su propio procesamiento de materias primas.

Decreto No 3. Revitalizar su moneda. Pondrá en marcha medidas para separar su moneda del dólar estadounidense y producir medios más distribuidos para contrapesar su moneda (con el renminbi chino, el euro, los dinares de Kuwait y Bahrein así como el rial de Omán). No permitirá que su moneda importe inflación a través de la manipulación de divisas para lo cual instaurará una paridad en su régimen de tipo de cambio.

Decreto No 4. Incrementar los bienes comunes. Usted junta bienes públicos y servicios, como atención de salud y educación, suministro de agua y electricidad y entrega su provisión al Estado. «Eso no es suficiente», clama el pueblo. Quieren más. Ellos saben que un sistema centralizado para distribuir la electricidad solo creará una burocracia jerárquica. Les dice que esto solo provisional. Usted avanzará hacia la descentralización de la provisión de agua y de la red eléctrica para mejorar las medidas ambientales y construir cooperativas que gestionen estos sectores descentralizados. Estos bienes y servicios serán considerados estipendios sociales por lo que ya no habrá ninguna tarifa por el servicio. Ninguna civilización, anuncia el pueblo, debería ganar dinero a partir de la educación o la salud. Promoverá la creación de cooperativas y comités barriales para asegurar que los servicios sean distribuidos adecuadamente y que el trabajo voluntario sea parte clave de la creación de una sociedad rica.

Decreto No 5. Aumentar la Banca Estatal. «Abajo los bancos», dice la gente. Quieren que nacionalice el sector bancario y lo convierta en un servicio público que debe operar sin preocuparse de las ganancias. Los campesinos y los pequeños empresarios deberían poder adquirir préstamos con el entendimiento de que sus negocios no pueden proporcionar una tasa de retorno ni una velocidad de retorno igual a la del sector financiero. La competencia por tales préstamos no es lo que se puede hacer por una inversión en derivados o en el mercado de divisas. La tarea de esos bancos es mejorar la economía, dice el pueblo, no ganar dinero para los bancos, la oligarquía y el capital internacional.

Decreto No 6. Fabricación ecosocialista. El pueblo le cuenta cómo vive, en casuchas con efluentes sucios de industrias sucias. Quieren que nacionalice los sectores estratégicos y convierta rápidamente la fabricación contaminante en producción ecológica, utilizando materiales locales tanto como sea posible y trabajando contra la externalización de la contaminación para producir bienes rentables.

Decreto No 7. Fortalecer los sindicatos de trabajadorxs y campesinxs. Usted sabe que su base está entre lxs trabajadorxs, campesinxs así como habitantes de barracas desorganizadxs. Usted quiere fortalecer su poder, convertirlos en un muro que pueda defenderlo contra los ataques de la oligarquía local, del ejército y del imperialismo. Si su base no es fuerte, usted será débil. «Queremos sindicatos robustos», dice el pueblo, sindicatos de trabajadorxs y sindicatos de campesinxs. «Queremos que nuestros sindicatos controlen nuestros ahorros y nuestras pensiones», dicen, para crear bancos cooperativos para invertir en nuestras comunidades, para proveernos de seguros. Estos sindicatos, junto con las cooperativas y los comités barriales, se convertirán en la base del poder político local.

Decreto No 8. La dignidad debe ser asegurada. El pueblo nunca debe sentir que la sociedad o el Estado lo ha decepcionado. «No queremos que el Estado sea una burocracia distante», dice la gente. Luchan por cada mejora de su dignidad porque, como dicen, «no puede haber libertad sin la libertad de cada comunidad». Las leyes que atentan contra la dignidad deben ser derogadas y se producirán nuevas leyes, leyes que otorguen igualdad a mujeres y hombres desde el lugar de trabajo hasta la herencia, leyes que otorguen igualdad a todas las minorías sociales y grupos étnicos; libertad completa en la sociedad y en el Estado. Las relaciones entre las personas se destruyen por la intervención entre ellas de las jerarquías y la propiedad. «Dignidad y espeto mutuos», dice el pueblo, «debe ser el valor que mantiene a las personas unidas».

Decreto No 9. Establecer una Comisión Estatal de Ilustración. Parte de fortalecer su base es asegurarse de que la ideología de la clase dominante no sea la ideología del pueblo. «Leamos», dice el pueblo «leamos libros que nos cuenten sobre nosotros mismos, leamos una internet que nos refleje y no nos disminuya». Va a formar una Comisión Estatal que estudie todos los libros de texto y toda la literatura para ofrecer un aparato crítico para la alfabetización y la ciencia que mejore el poder de la gente y no disminuya su sentido de sí mismos. Usted insistirá en que la gente luche para hacer de Internet un lugar de consideración mutua y no una batalla de intereses egoístas y dinero.

Decreto No 10. Abolir el elogio de la oligarquía y alabar al pueblo. Usted desmontará los monumentos erigidos en honor a la oligarquía y a los gobernantes coloniales, así como cambiará los nombres de las calles. «Odiamos los nombres de las calles», alguien interrumpe. Todas las estatuas serán trasladadas a un Museo de la Jerarquía, donde lxs niñxs en edad escolar aprenderán sobre los viejos tiempos del colonialismo y del gobierno oligárquico. Usted creará instituciones culturales que mejorarán las prácticas culturales del pueblo, introducirán formas horizontales de entretenimiento y alegría, incluyendo la promoción de festivales y actuaciones en centros comunitarios dirigidos por comités barriales.

Usted anticipa un ataque del imperialismo. Y vendrá. La inversión extranjera directa se acabará. Los buques de guerra se alinearán en su costa. Usted sabe que no puede sobrevivir sin la fuerza adicional que necesita poner en movimiento como parte de su proyecto de desconexión: el regionalismo.

Convoca a una conferencia de sus vecinos, y les pide que acepten fortalecer el antiguo pacto regional que ha permanecido inactivo. Este pacto regional renovado deberá solucionar las viejas disputas limítrofes, la mayoría de ellas herencia del colonialismo, y deberá ser el espacio en el cual construir confianza mutua. Espera que uno o dos de los países adyacentes a usted tengan un gobierno socialista o al menos un gobierno con pretensiones socialistas. Quiere darles fuerza y liderazgo. Quiere que concuerden en términos favorables para el comercio y el desarrollo regionales. Le gustaría compartir acuerdos de defensa, de modo que cada uno de ustedes ya no tenga que gastar tanto en la importación de equipamiento militar. Le gustaría también invertir en una aerolínea regional y en un servicio de trenes regionales. Sus ciudadanos nunca más deberían ir al viejo país colonizador para cambiar de avión y llegar a la capital de un país vecino. Deberían poder ir directamente de un país a otro. Le gustaría crear un sistema de moneda regional, para no tener que comerciar entre ustedes usando las monedas de las potencias imperialistas. Un sistema bancario regional, un medio de comunicación regional, un ajuste regional de necesidades e intereses, fuera de la metrópoli y hacia sus vecinos, un regionalismo desconectado.

Se puede escuchar a los imperialistas, como chacales, aullando a la distancia. Usted espera tener suficiente tiempo. Espera que su pueblo sea paciente y fuerte. Espera que sus aliados regionales no se dobleguen bajo la presión. Tiene los libros de Samir Amin cerca. Están a su lado. Tiene esperanza, al pueblo y a Samir Amin. Es un comienzo. Nada aquí es original. Todo se ha intentado antes. Todo debe intentarse de nuevo.

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Cordialmente,

Vijay.

P.D. La imagen abajo es de Anahita Ratebzad (1931-2014). «La emancipación de las mujeres», dijo, «debe ser una parte central de cualquier movimiento de izquierda». Esta comunista afgana se convirtió en la Ministra de Asuntos Sociales después de la Revolución Saur de 1978. En los primeros días de su nuevo gobierno, la izquierda declaró que las mujeres tenían derecho a igual educación, a la seguridad laboral, a los servicios de salud, a igualdad dentro de la familia y al divorcio. Como líder de la Organización Democrática de Mujeres Afganas, Anahita atrajo a miles de nuevas integrantes para luchar por sus derechos. Fue forzada a exiliarse en 1992, pero nunca dejó de soñar con un Afganistán socialista.

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