Estimados amigos y amigas

Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social.

Sentimientos encontrados. Un museo con artefactos antiguos se calcina totalmente en Brasil, mientras la Corte Suprema de la India despenaliza la homosexualidad. 

Lo primero, -el incendio en Brasil- nunca debió haber sucedido (como señala el periodista Mario Augusto Jakobskind) pero sucedió, en parte porque el gobierno ha descuidado la infraestructura que necesitaban los bomberos (los hidrantes cercanos al museo de 200 años de antigüedad estaban secos, por eso el Jefe de Bomberos de Río, Roberto Robadey, dijo: «Ayer fue uno de los días más tristes de mi carrera»). El museo quemando es una metáfora de los acontecimientos políticos en Brasil, donde el golpe de Estado «judicial» contra el pueblo continúa. Se le ha prohibido a Lula estar en la papeleta para las elecciones presidenciales del 7 de octubre. La lucha sigue siendo pesada. Son tiempos tensos para los frágiles remanentes de la democracia brasileña.

Lo segundo -la decisión de la Corte en India- tampoco debía haber sido necesario nunca. En 1861, las autoridades coloniales copiaron antiguas leyes inglesas y se las endilgaron al pueblo indio. La prohibición de la homosexualidad, consagrada en la Sección 377 del Código Penal Indio fue un veredicto bárbaro contra la humanidad; debió haber sido eliminado cuando India aprobó su Constitución en 1950. Pero no lo fue. Ahora, la Corte Suprema de India dijo con razón y unánimemente: «la Sección 337 es irracional, arbitraria e incomprensible ya que limita el derecho a la igualdad de la comunidad LGBT». Hay motivos para fruncir el ceño y motivos para sonreír. Ese es motor de nuestra lucha humana. 

La palabra de nuestros tiempos es «recorte» Recorten esto, recorten lo otro, recorten todo lo que hace posible una vida humana para miles de millones de personas. Los recortes secaron los hidrantes en Brasil, y los recortes en los subsidios al combustible provocaron el levantamiento en Haití. Las noticias sobre la revuelta haitiana, llamada también extirpación (dechoukaj) han desaparecido en su mayor parte por la poca atención de los medios de comunicación. Desde Haití, la Brigada de Solidaridad Jean-Jacques Dessalines, formada por militantes del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), de Brasil y del Movimiento Popular Patria Grande, de Argentina, nos enviaron su informe de los eventos desde el terreno. Nuestro dossier No 8 del Instituto Tricontinental de Investigación Social se basa en este informe. Cubre la larga historia de la extirpación, que comienza con la Revolución Haitiana de 1791 y continúa hasta nuestros días. Estamos conscientes de la sagaz evaluación del marxista trinitario C. L. R. James de que los movimientos revolucionarios «consisten en una serie de períodos de desvíos no coordinados, marcados por acelerones, saltos y catástrofes». Pero, como escribió James, «el movimiento fundamental es claro y fuerte». Por favor lean nuestro último dossier, que pueden descargar gratuitamente, y por favor, compártanlo lo más ampliamente posible. Las fotos del dossier son del Kolektif 2 Dimansyon, la foto de arriba es de uno de sus integrantes, Edine Celestin.

Los recortes motivaron que cientos de miles de trabajadores agrícolas e industriales así como campesinos salgan a las calles en Delhi en dos grandes marchas a comienzos de septiembre, la primera, el 4, una marcha de las mujeres y la segunda, el 5, una marcha de lxs trabajadorxs. La foto de arriba es de la segunda marcha, ilustra vívidamente la superposición entre los dos días en términos de la agenda planteada por la gente y las personas que atravesaron la ciudad capital: las mujeres estuvieron presentes en gran número en ambas marchas. Las cuestiones relacionadas con las condiciones de vida fueron fundamentales: se desvanecieron los apoyos para campesinos y trabajadores agrícolas, aumentó la precariedad de los trabajadores tanto en el sector informal como en el formal. En su útil resumen de la segunda marcha, Subodh Verma (de NewsClick) y Prashant R (de Peoples Dispatch) citan a un trabajador metalúrgico que miraba las nubes de lluvia arriba y las banderas rojas a su alrededor y dijo: «Estas nubes oscuras que giran y este mar de rojo son un desafío lanzado al gobierno de Modi». Las protestas fueron organizadas por la Asociación de Mujeres Democráticas de Toda India (que tiene un nuevo sitio web), la Central de Sindicatos de India (CITU por sus siglas en inglés), el Sindicato de Campesinos de Toda India y el Sindicato de Trabajadores Agrícolas de toda India.  Tienen aquí la unidad de toda la clase trabajadora y el campesinado, una unidad política que busca fortalecer a lxs trabajadorxs del país para una larga lucha pero que es también una demostración de fuerza contra el gobierno de Modi que se presentará a las elecciones del próximo año. Lxs campesinxs y trabajadorxs agrícolas se preparan para volver a Delhi del 28 al 30 de noviembre para una ocupación de tres días de la capital (una estrategia descrita por nuestro miembro principal P. Sainath). Lxs trabajadorxs por su parte, preparan una acción industrial nacional a comienzos de 2019. 

La rupia india que lucha contra el dólar estadounidense está ahora en su punto más bajo. La situación es parecida en Argentina, donde el peso es incapaz de recuperar el terreno perdido en las últimas semanas. La turbulencia en los mercados de divisas refleja la falta de soberanía de esos países sobre su política económica y sobre su capacidad de manejar las necesidades sociales de su población. En un poema escrito en su juventud, W. H. Auden captó lo que significa que un país, o un continente o una región entera del mundo se ponga «ansioso» sobre su salud: 

Los combinados se tambalearon, el crédito se congeló,

y los negocios se estremecieron en el invierno de un banquero.

El resultado social de esto fue la epidemia del hambre.

El hambre bruta tomó más manos cada mes,

erigiendo aquí y en todas partes sus vastos

e innecesarios talleres.

Combines tottered, credit froze,

And business shivered in a banker’s winter.

The social outcome of this was the epidemic of hunger.

Gross Hunger took on more hands every month,

Erecting here and everywhere his vast

Unnecessary workshops.

Pueden encontrar estas palabras familiares, palabras que hablan de un «boom de dolor». Una de cada ocho personas en nuestro planeta se va a dormir con hambre en sus estómagos. En Argentina, conocí a pequeños agricultores que me contaron lo difícil que es para ellos ganarse la vida, razón por la cual se enfrentan a dos opciones simples: desolación o lucha. Lxs que conocí, que son parte del Movimiento de Trabajadores Excluidos, han elegido luchar. Aquí está mi reportaje sobre la crisis de la economía argentina y sobre lo que plantea la creciente izquierda argentina. Estar en tierras de cultivo de Argentina me recordó un encuentro con trabajadores migrantes de Bihar en el estado indio de Gujarat hace unos años. Uno de ellos me dijo algo que me ha perseguido desde entonces «el hambre es un sonido constante dentro de mi cabeza». Es aquí donde empiezo mi columna esta semana, una columna que termina con esta admonición, «los seres humanos que pueden aceptar la prevalencia del hambre han perdido su humanidad». El gobierno de Lula en Brasil creó una política pública, Fome Zero (Hambre Cero) para erradicar el hambre y la pobreza. El programa hizo grandes avances y casi logró su objetivo. Ahora, Lula está en la cárcel, las políticas de austeridad del actual gobierno de derecha han cortado programas tales como Fome Zero y el hambre crece en Brasil. La teología del PIB guía la política, que debería ser impulsada, como escribe nuestro amigo el Profesor Amiya Kumar Bagchi en una reciente reseña, por «simpatía, sociabilidad y voluntad de involucrarse en la acción colectiva». 

Los campesinos y trabajadores agrícolas que marcharon en India y Argentina producen alimento, pero les resulta arduo comer. Es difícil escapar al control de las empresas monopólicas. Tres firmas monopólicas controlan el mercado mundial de semillas: Dupont, Monsanto y Syngenta. Diez empresas monopólicas son dueñas de todas y cada una de las principales marcas de alimentos: Associated British Foods, Coca-Cola, Danone, General Mills, Kellogg’s, Mars, Mondelez, Nestlé, PepsiCo y Unilever. En New Frame, Raj Patel escribe sobre la soberanía alimentaria como la clave para un futuro justo. Si no lo han leído, les recomiendo el libro de Raj, Obesos y famélicos. El impacto de la globalización en el sistema alimentario mundial (2013). En este reciente artículo, escribe que la soberanía alimentaria no significa alimentos más baratos que a menudo pueden implicar alimentos poco saludables y una fuerza trabajo empobrecida, sino «salarios más altos, mayor acceso al bienestar social y una reforma agraria integral, que significa la reforma de la tenencia de la tierra en áreas urbanas y rurales. Es una aproximación que valora la voz de todos por igual, lo que significa también igualdad de género». Esta es una agenda que tendría sentido para los campesinos que estuvieron marchando esta semana. 

Esta es una agenda que tendría sentido para la líder comunista Godavari Parulekar (1907-1996), a quien honramos esta semana en nuestro # TricontinentalTBT (miren abajo). Godutai, como la llamaban cariñosamente, fue una líder muy importante de la lucha campesina y Adivasi (indígena) en India occidental. Su trabajo y su legado fueron documentados por Archana Prashad en Red Flag of the Warlis. History of an Ongoing Struggle (La bandera roja de los Warlis. Historia de una lucha en curso, en traducción libre). En el Instituto Agrícola en Kosbad (estado de Maharashtra), había un gran árbol de higuera de Bengala desde el cual se podía tener una vista imponente del Mar Arábigo. Godutai celebró muchas reuniones bajo ese árbol. Cada campesino Adivasi que iba a una reunión allí llevaba una piedra de su aldea. Ponían las piedras en una pila al lado del árbol. El tamaño de la pila representaba su fuerza. Todavía estamos llevando nuestras piedras a nuestras reuniones.  

Cordialmente,

Vijay

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