Fernando Vicente Prieto

 

Reflexionar sobre la deuda externa y el papel de los organismos financieros internacionales implica pensar en un tema de larga duración. En el caso de los países de América Latina y el Caribe, la deuda pública ha atravesado su desarrollo (o su subdesarrollo) de diferentes modos concretos, aunque, intuimos, con base en elementos —es decir: lógicas, intereses— comunes.

Como nos recuerda la realidad económica cada algunas tantas coyunturas, el asunto que nos proponemos examinar tiene efectos directos inmediatos y al mismo tiempo consecuencias duraderas en todos los planos. Esto es particularmente visible en momentos donde explotan las crisis sobrevinientes de la falta de divisas para afrontar las deudas, lo cual no debería hacernos perder de vista la continuidad del problema cuando hay una relativa calma. Pese a su importancia, en esos momentos el tema pasa a un segundo plano en la opinión pública, recluido en las secciones informativas especializadas. Luego, en las coyunturas asociadas a crisis y decisiones importantes, la deuda vuelve a las portadas de los medios y está en boca de todo el mundo. Pero aun en los momentos donde el tema tiene carácter de agenda pública no es tan fácil de abordar, por sus intrincadas aristas histórico-políticas. En alguna ocasión, incluso, el tema es reducido al absurdo de compararlo con las finanzas familiares, o de un individuo, lo cual complica más todavía su abordaje. En el plano de la propaganda, invariablemente se intenta utilizar la idea noble de que “los compromisos se cumplen”, bastante extendida en la sociedad, para justificar la decisión política que implica priorizar los pagos de capital e intereses de la deuda por sobre otros egresos de dinero. Todas estas características dan como resultado que, a veces, la amplificación del debate sobre la deuda externa no traiga como consecuencia su profundización.

“¿Cómo salir de esta trampa?” es la gran pregunta que se nos impone a todas las personas preocupadas por el tema. Entendemos que para quienes deseamos estar informadas/os políticamente, en primer lugar, la tarea es caracterizar el tema como fenómeno estructural: qué es, por qué existe, cuáles son sus rasgos principales, entre otras grandes cuestiones orientadoras.

Precisamente ese es el punto de partida de la aproximación que realizamos en este momento. Definimos sintetizarlo en dos grandes preguntas. Primero, qué rol geopolítico juega la deuda en la vida de los pueblos latinocaribeños. Después, por medio de qué instrumentos y políticas pervive como un problema importante a través de los años. Sobre la base de estos interrogantes que percibimos estructurales, nos propusimos dialogar con analistas y activistas con larga experiencia en el tema, así como producir materiales que aspiran a sintetizar información básica desde esta perspectiva.

En este primer cuaderno de Debates estratégicos de Nuestra América nos encontramos con la mirada de Éric Touissant, entrevistado por José Seoane y Emilio Taddei; con la de Rosa Marques, entrevistada por Marcelo Depieri, y con la de Mónica Peralta Ramos, entrevistada por Leticia Garziglia y Fernando Vicente Prieto. A estos diálogos le sumamos una síntesis sobre los principales hitos en la historia del FMI, actor principal en el tema, elaborada por Laura Capote; y un artículo que repasa históricamente el papel de la deuda en América Latina y el Caribe y lo relaciona con la estructura de dependencia respecto a las potencias imperiales de cada etapa histórica, desde el siglo XIX hasta la actualidad, escrito por José Seoane y Carlos Mauricio Ferolla. Por último, en la sección “Un botón de muestra”, Francisco Cantamutto y Emiliano López analizan específicamente el caso argentino, en particular el proceso de renegociación de la deuda asumida por el gobierno de Mauricio Macri, un verdadero récord histórico a nivel mundial, y las consecuencias sobre la población.

 

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por José Seoane y Carlos Mauricio Ferolla

 

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