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Boletín de ArteNº 14

El pueblo indonesio inspira a Taring Padi a crear

Boletín de Arte Tricontinental n° 14 (abril de 2025)

De Bandung a Yogyakarta, Taring Padi mantiene vivo el Espíritu de Bandung con arte radical, arraigado en la herencia artística de Indonesia. Tings Chak aborda su visión de la cultura internacionalista y creatividad colectiva.

[Escucha “Check Your People” [Cuida a los tuyos o Revisa a tu gente] de los artistas de hip hop indonesios Morgue Vanguard (Bandung) y Doyz (Yakarta).]

Hace 70 años, este mes, líderes de 29 estados africanos y asiáticos recién independizados o en proceso de independencia –que representaban a la mitad de la población mundial– se reunieron en Bandung, Indonesia. Mientras el proyecto del Tercer Mundo nacía en la Conferencia Asiático-Africana de 1955, también lo hacía el espíritu de una cultura internacionalista. Para marcar este momento histórico, se realizó la primera exposición internacional de artistas indonesios, con pinturas contemporáneas y tradicionales. Esta diversidad de estilos reflejó el pluralismo del no alineamiento, teniendo como hilo común la cultura antiimperialista. En su discurso inaugural, el presidente indonesio Sukarno habló sobre la persistente “línea vital del imperialismo”, base de la unidad afroasiática: “Ningún pueblo puede sentirse libre mientras parte de su tierra madre no lo sea. Como la paz, la libertad es indivisible”, afirmó. “No existe algo como ser medio libre, así como no se puede estar medio vivo”. Nuestro dossier de este mes, El espíritu de Bandung, rinde homenaje a esta historia y analiza su vigencia hoy.

Para el aniversario de Bandung, conversamos con el colectivo artístico indonesio Taring Padi, que significa “colmillos del arrozal”, en referencia al grano espinoso que causa picazón e incomodidad. Alex Supartono, Setu Legi, Dodi Irwandi, Fitri DK, Bayu Widodo, Lidyja Triana Dewi, S. Lilik y M. Ucup se unieron a nosotros por Zoom desde la cocina de su espacio colectivo, donde confluyen la conversación, el intercambio, la comida y la creación. Fundado en Yogyakarta en 1998, Taring Padi surgió de las cenizas del régimen del Nuevo Orden de Suharto. La dictadura de 32 años –iniciada tras el golpe de Estado respaldado por la CIA que derrocó a Sukarno en 1965– dejó más de un millón de comunistas, trabajadorxs culturales y simpatizantes asesinadxs. La sociedad indonesia aún carga con esta herida abierta, que ha impulsado a las generaciones más jóvenes de artistas y activistas hacia la vida política y la lucha por recuperar, recordar y aprender de esta historia brutal, sistemáticamente borrada.

Taring Padi, instalación Memedi Sawah/Scarecrow [Espantapájaros] expuesta en la Bienal de Busan, Corea del Sur, 2024.

Ucup, uno de lxs  fundadorxs de Taring Padi, recuerda: “Aprendimos sobre el 65 a través de nuestrxs padres, vecinxs y amigxs, pues fue una experiencia directa de todo indonesio. Es un tema constante que reaparece en nuestro trabajo”. Como estudiantes activistas, algunxs miembrxs fundadorxs participaron también en el movimiento clandestino que finalmente derrocó a Suharto. Pero su labor no terminó ahí. “Entendimos que el arte político seguía siendo necesario en nuestro país”, dijo Ucup. “El sistema persistía, así que el arte político debía persistir, y declaramos la creación de Taring Padi”. Para ellxs, la caída de Suharto no era el objetivo final. Según Alex Supartono, su prioridad era “promover y desarrollar prácticas culturales verdaderamente orientadas al pueblo”. Este compromiso con la kebudayaan rakyat(cultura popular) tiene raíces profundas en los movimientos culturales revolucionarios del país.

Izquierda: Vista de Podho podho [Lo mismo], 1999 de Taring Padi durante una protesta en Indonesia que exigía que Suharto respondiera por sus crímenes. Derecha: Contraportada del número de julio de 2002 de la revista Terompet Rakyat [La trompeta del pueblo] de Taring Padi. Se lee: Lawanlah / Anda seniman, pekerja seni, budayawan, penulis / yang mempunyai keinginan membantu rakyat / bergabunglah bersama kami! [ Resiste/ Tú que eres artista, trabajadorx cultural, escritorx/ con deseos de ayudar al pueblo/ ¡únete a nosotrxs!].

El nombre original del colectivo, Lembaga Budaya Kerakyatan Taring Padi [Instituto de Cultura Popular Taring Padi], evoca el legado de Lekra o Lembaga Kebudayaan Rakyat [Instituto de Cultura Popular], un frente cultural vinculado al Partido Comunista de Indonesia (PKI) que llegó a contar con 200 mil miembrxs antes del genocidio de 1965. Nacido durante la Revolución de agosto de 1945 –que consolidó la independencia del país– Lekra se fundó bajo la premisa de la “conexión esencial entre revolución y cultura: la conciencia de que la revolución tiene gran significado para la cultura, y a la vez, la cultura lo tiene para la Revolución de Agosto”, como declaró su secretario general Joebaar Ajoeb en el congreso nacional de 1959.

Durante sus 15 años de existencia, Lekra no solo movilizó a millones, sino que desarrolló prácticas culturales arraigadas en las condiciones materiales del pueblo. De su trabajo surgieron nuevas formas expresivas y teorías artísticas, escribiendo, en esencia, una historia del arte desde la tradición marxista. Uno de sus principios para artistas-militantes era Turun ke bawah o turba (descender de arriba o bajar a las masas), que implicaba trabajar, comer y dormir junto al pueblo. El poeta de Lekra Martin Aleida compartió cómo este principio permitía “agudizar la imaginación y la inspiración, afinar la sensibilidad ante la dureza de la vida popular”. La conversación completa y la historia de Lekra se encuentran en nuestro dossier de 2020: El legado de Lekra: organizar la cultura revolucionaria en Indonesia.

Carnaval con pancartas de Taring Padi en conmemoración de los cuatro años de la Tragedia del Lodo de Lapindo en Siring Barat, Porong, Sidoarjo, Java Oriental (2010).

Sobre el hilo que une a Lekra con Taring Padi, Aleida escribió,

La historia se repite, y el poder de moldear esa repetición está ahora en manos de Taring Padi. En sus grabados se revela que el arte visual no es un circo de acrobacias estéticas intoxicantes, ni un refugio para la satisfacción individual… Las líneas –y también los colores– deben señalar sin ambigüedad una dirección: estar del lado de las víctimas, en paz o en conflicto, especialmente campesinxs y obrerxs, las dos fuerzas que impulsan la civilización. Esta fue una convicción que Lekra sostuvo con orgullo.

Al igual que Lekra, el contenido y la forma del trabajo de Taring Padi están profundamente arraigados en las tradiciones populares y del realismo socialista de Indonesia. El propio logo del colectivo simboliza esta síntesis: una estrella roja, una espiga de arroz, una rueda dentada y una cadena de metal combinan símbolos agrarios locales con íconos clásicos del socialismo. Así como sus wayang kardus (marionetas de cartón), creadas para movilizaciones, se inspiran en la tradición del teatro de sombras indonesio, su cukil kayu (grabado en madera) y la pintura mural al aire libre remiten a una extensa historia de formas populares de comunicación en Java. A través de sus diversos lenguajes artísticos, se representan funcionarios corruptos, capitalistas codiciosos y generales violentos utilizando expresiones populares cargadas de sátira. Empleando un lenguaje visual familiar para lxs indonesixs comunes, lo que Mao Zedong llamó  el “rico y vivaz lenguaje de las masas”, Taring Padi narra historias de resistencia desde un realismo socialista localizado. Ampliando el principio estético soviético, el secretario general de Lekra, Joebaar Ajoeb, definió el realismo socialista no como algo “meramente realista”, sino como aquello que “da esperanza y orientación”.

Izquierda: Rakyat Demokratik [Democracia del pueblo] de Taring Padi, realizada en 1998, tras la caída de Suharto. En 1999 fue incendiada por un grupo de fundamentalistas islámicos. En 2021 se produjo una réplica que fue exhibida en Documenta fifteen. Derecha: Exposición Documenta fifteen. Almuerzo de despedida en Gudkitchen, donde cocinamos comida indonesia.

En su manifiesto, Taring Padi formula Los cinco males de la cultura, entre los que condena el “arte por el arte”, ese que aliena al pueblo del desarrollo artístico, así como a lxs artistas que explotan las luchas populares en beneficio propio. Frente a eso, su práctica insiste en crear arte con y para las comunidades oprimidas, en resistencia a males sociales y políticos como la corrupción y la violencia militar, y en lucha por un futuro a través de la reforma agraria y la equidad de género. La práctica colectiva de Taring Padi, que ya suma más de 27 años, les ha llevado al centro de la escena internacional, como ocurrió con su participación en Documenta fifteen en Kassel, Alemania. Sin embargo, esta visibilidad también trae contradicciones. “El mundo del arte puede ser muy seductor, pero tratamos de mantenernos con los pies en la tierra”, señaló Alex. “Tenemos algunas reglas, por ejemplo, no hacemos exposiciones en galerías comerciales. Solo vendemos nuestras obras no reproducibles a instituciones públicas”.

Para navegar estos mundos, Alex explica: “La respuesta es simple: seguir trabajando con el colectivo, con el pueblo, con nuestrxs camaradas”. Priorizan su trabajo con movimientos y comunidades locales, como el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil en 2023 y el colectivo aborigen australiano proppaNow en 2024, manteniendo al mismo tiempo su estrecho kampung (comunidad intergeneracional) en Yogyakarta. Trabajar de forma colectiva y firmar siempre sus obras como colectivo es una práctica fundamental de Taring Padi. “El trabajo colectivo es crucial porque no podemos resolver los problemas individualmente”, reflexiona Setu Legi. “No es solo un problema nuestrx en Indonesia. Como artistas, no podemos hacer esto solxs, necesitamos estar unidxs para fortalecernos”. Es a través de la colaboración que Taring Padi aprende y cultiva su propio espíritu internacionalista.

Colaboración entre Taring Padi y militantes del MST en la creación del banner Retomar Nossa Terra/Rebut Tanah Kita (2023) en Brasil.

El espíritu de Bandung de hace siete décadas se enraizó en el internacionalismo, que el presidente Sukarno identificó como eje central de la resistencia anticolonial y antiimperialista. En 1959, convocó a lxs artistas a sumarse a estas luchas: “Debemos ser más vigilantes, más tenaces y perseverantes en nuestra oposición a la cultura imperialista, especialmente la cultura del imperialismo estadounidense, que sigue amenazándonos en todas sus formas”. Ese mismo año triunfaba la Revolución Cubana. Indonesia y Cuba, unidas contra el imperialismo, coorganizarían la Conferencia Tricontinental de 1966 en La Habana, evento que inspira nuestro nombre,  Instituto Tricontinental de Investigación Social. Ni lxs comunistas indonesixs, ni Lekra, ni el gobierno de Sukarno llegarían a ver aquella conferencia. Para Taring Padi, el arte político sigue siendo necesario porque esta lucha, nacida hace 70 años, sigue inconclusa.

Instalación del banner Justicia Popular: Palestina en la exposición Nandur Srawung, Yogyakarta, 2024.

“Seguimos luchando por la humanidad, por la democracia, por el medio ambiente”, afirma Setu Legi. “En Indonesia hoy resurgen el fascismo y el militarismo, como en 1998. La extrema derecha avanza en todo el mundo. Es un momento crucial. Pero ¿qué estamos haciendo al respecto? Esa es la pregunta que nos hacemos en Taring Padi. Necesitamos luchar juntxs. Combatir unidxs”.

Para cerrar este boletín en espíritu de unidad, compartimos un pantun anónimo (forma de poesía oral popular del sudeste asiático) publicado en el periódico Harian Rakyat [Diario del pueblo] del PKI:

La barquita va y vuelve al mar,
y llega al puerto de Surabaya.
En Cuba supieron resistir,
Afroasia y Latinoamérica: unidos en la batalla.

Cordialmente,

Tings Chak
Directora del Departamento de Arte del Instituto Tricontinental de Investigación Social.