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Se están produciendo cambios tectónicos en el mundo, acelerados por la guerra de Ucrania y la rápida escalada del genocidio en Palestina. Los cambios están determinados por un Norte Global que pierde poder y vive una progresiva militarización, a la par que en el Sur Global crece la demanda de soberanía y desarrollo económico. Para comprender estos cambios y el desconcierto del Norte Global ante el nuevo estado de ánimo del Sur Global, el Instituto Tricontinental de Investigación Social elaboró el dossier nº 72, La agitación del orden mundial, basado en una investigación original realizada con Global South Insights.


Hyper-Imperialism cover image

Los acontecimientos de los últimos años, incluido el genocidio de Israel en Gaza, significan un cambio cualitativo en el orden mundial dominado por Estados Unidos. El imperialismo ha iniciado su transformación hacia una nueva etapa: el hiperimperialismo. Se trata de un imperialismo llevado a cabo de forma exagerada y cinética, aunque también sujeto a las limitaciones que el imperio en declive se ha impuesto a sí mismo. Es más peligroso, con el bloque militar liderado por EE.UU. que representa más de 2 billones de dólares de gasto militar.


La desigualdad que inevitablemente produce el capitalismo ha creado un mundo donde los 2.153 multimillonarios más ricos tienen más riqueza que los 4.600 millones más pobres, el 60% de la población del planeta. Estas tendencias llevan años, de hecho décadas, urdidas por las leyes del capitalismo en crisis. Explicar la crisis y comprender sus leyes fundamentales es necesario para ir más allá de la superficie y descubrir la esencia del proceso. Así, podemos alumbrar el camino a seguir para la clase trabajadora; explicaciones incorrectas sólo pueden confundir a las masas y perjudicar sus luchas.


A lo largo del siglo pasado, se produjeron grandes cambios en los debates y teorías de desarrollo. En la posguerra, esta evolución puede dividirse en cuatro eras: la de la teoría de la modernización, la del Nuevo Orden Económico Internacional, la de la globalización neoliberal y la actual era de transición tras la crisis financiera de 2007-2008. Este dossier examina el pensamiento histórico y actual sobre el desarrollo y plantea un esbozo de una nueva teoría socialista del desarrollo.


Desde 1947, el Reloj del Fin del mundo ha medido la probabilidad de una catástrofe global provocada por la humanidad, es decir, un holocausto nuclear. Lo más cerca que ha estado de la medianoche —es decir, del fin del mundo— es ahora. Desde 2020, el reloj ha estado a 100 segundos de la medianoche. En medio de esta peligrosa situación, hemos lanzado una nueva serie, “Estudios sobre Dilemas Contemporáneos”, para estimular los debates en torno a estas cuestiones e impulsar a las fuerzas sociales a actuar para evitar el inminente día del fin del mundo.


“Dolor a corto plazo, ganancia a largo plazo” define la peligrosa escalada de Estados Unidos y sus aliados occidentales contra Rusia y China. Lo sorprendente de esta agenda es que pretende impedir un proceso histórico inevitable: la integración euroasiática. Este hecho histórico amenaza la hegemonía económica y política de EE. UU. y de las élites del Atlántico Norte. Estas amenazas impulsan la nueva Guerra Fría y los peligrosos intentos de utilizar cualquier medio para «debilitar» tanto a Rusia como a China.


Estamos asistiendo a una peligrosa escalada política, económica y militar de EE.UU. y sus aliados occidentales contra Rusia y China. EE. UU. trata de impedir un proceso histórico que parece inevitable, la integración euroasiática, que amenaza la primacía de las élites euroatlánticas. Para asegurar la hegemonía mundial, Estados Unidos está comprometido con la búsqueda de la primacía nuclear mundial y está dispuesto a utilizar cualquier medio para «debilitar» tanto a Rusia como a China, incluso a riesgo de destruir el planeta.


Como parte de su política de dominio del hemisferio americano, Estados Unidos organizó la IX Cumbre de las Américas, excluyendo a Cuba, Nicaragua y Venezuela. A pesar de que Washington busca incansablemente imponer una Doctrina Monroe global en el planeta, la cumbre fue un fiasco. Sin embargo, paralelamente floreció la Cumbre de los Pueblos por la Democracia, donde miles de personas celebraron el espíritu democrático que surge de las luchas del campesinado y la clase trabajadora, las y los estudiantes, las feministas y todas las personas excluidas de la mirada de los poderosos.