“Nuestro enemigo no es el arte abstracto, sino el imperialismo”: Reseña de la exposición colectiva

“Nuestro enemigo no es el arte abstracto, sino el imperialismo”, dijo el líder cubano Fidel Castro. Imperialismo es la tercera de una serie de cuatro exposiciones de afiches antiimperialistas, organizadas en el contexto de la semana de acciones realizada entre el 5 y el 10 de octubre de 2020. La exhibición reúne obras de sesenta y tres artistas y militantes de veintiséis países que crearon un retrato internacional de las luchas antiimperialistas: las luchas contra el neofascismo y las agresiones militares, y las luchas por la soberanía nacional y la protección de los pueblos y la tierra.

Al reunirnos desde todas partes del mundo para enfrentar las diversas manifestaciones del imperialismo, inspirémonos en estos audaces afiches, que muestran el rostro de nuestro enemigo y la voluntad de los pueblos de resistir. La idea es que estos carteles sean compartidos en redes sociales, que sean impresos y pegados en las calles y usados en talleres y discusiones: son tanto herramientas como trincheras para construir nuestra lucha contra el imperialismo. Los pueden descargar acá.

 

Tierra y mapas

<Wacha, Imperialismo not found, Argentina.>

El imperialismo busca controlar el planeta y todos sus recursos, y cada vez más busca controlar también el espacio exterior. Intenta consolidar este control en muy pocas manos, despedaza el planeta, estrangula el destino de naciones enteras, y subasta la tierra y los recursos bajo su superficie. Los mapas han sido habitualmente utilizados en servicio de las ambiciones imperiales: los territorios son demarcados, los pueblos divididos, continentes enteros han sido distorsionados para reforzar una visión imperialista: arriba las naciones ricas (el Norte Global), abajo las naciones explotadas (el Sur Global). No es coincidencia, entonces, que en esta exposición encontremos el mapa como un territorio de disputa visual.

En el afiche de Suhail Al-Ali (Palestina/Líbano), el Tercer Mundo es literalmente subterráneo. En ¿Qué estás esperando? de Daniel David Duque Gil (Venezuela), el imperialismo es un ser monstruoso de muchos brazos que extiende sus tentáculos por la tierra, el océano y el espacio. Muchos afiches representan los vínculos estructurales a través de los cuales el trabajo de muchxs produce la riqueza de unos pocos. En La trituradora de Martín Pastor (Ecuador), todo un continente es pasado por una trituradora de papel para producir dólares; en ¿Compartir la economía? de Choo Chon Kai (Malasia) el planeta es una torta que se corta para el consumo de los ricos. Las recurrentes expresiones de agonía de lxs oprimidxs son lo que da una carga emocional a estos afiches.

 

La batalla cultural

<Choo Chon Kai, ¿Compartir la economía?, Malasia.>

El imperialismo ejerce su influencia sobre las economías de los Estados usurpados, los territorios se abren a los mercados imperialistas que buscan generar un beneficio económico por sus mercancías mientras aseguran el suministro de materias primas. Estas prácticas son un golpe a todos los valores morales y al derecho de los pueblos oprimidos a su autodeterminación. Estas acciones representan uno de los grados más altos de influencia imperialista, imponen la dependencia económica de los países debilitados. En este proceso es esencial el uso deliberado de la cultura para controlar a las masas, fabricando consentimiento tanto con la fuerza bruta como con el poder blando, ya sea a través de los medios de comunicación, las películas, la moda o fundaciones culturales.

Los regímenes imperialistas destruyen la identidad de generaciones al interferir en los pensamientos, creencias y tradiciones que contradicen sus intereses. Introducen nuevos conceptos en las mentes de los pueblos oprimidos para intentar controlar su autonomía. Desgarran el entramado social y cultural del Tercer Mundo, que luego es sometido a un sistema de tutelaje y clientelismo imperialista. Vemos esto en el afiche Policía de Un Mundo Feliz (España), donde una amalgama de logos de empresas toma la forma de un agente del control social. Los lugares comunes racistas del imperialismo sugieren que las sociedades del Tercer Mundo siguen en una etapa infantil y que no han alcanzado la adultez. En este sentido, consideran que no tienen derecho a la autodeterminación. 

Todos estos intentos de destruir las identidades y culturas de los pueblos buscan abrir mercados para el capital internacional, difundir la cultura del consumo, y proveer fuerza de trabajo y recursos a bajo precio. Podemos ver esto en Diferentes barcos, misma destrucción de Whitney Richards-Calathes (Jamaica), donde la labor del imperialismo es llevada a cabo por las armas (o barcos) de los ejércitos y la dominación cultural. Frente a la tiranía, sin embargo, siempre está la resistencia de los pueblos, como se expresa en Kawsachun Pachamama! de Kimberly Villafuerte Barzola (USA), en que las manos de una mujer ahuyentan a las aves de rapiña del imperialismo y abren el camino a un nuevo amanecer.

 

Águilas y palomas

<Meshaal Meshaal, El imperialismo es el enemigo del pueblo, Palestina.>

En las decenas de afiches de la exposición sobre Imperialismo, vemos que se libra una batalla de símbolos entre las imágenes de águilas y palomas. El imperialismo aparece simbolizado por un águila, pero no cualquiera, es el águila de cabeza blanca, o águila calva, como se ve en la obra de Francisco Daniel A. Moreira (Brasil), Despierta Latino América. ¡Llegó la hora de levantarse! Junto con la bandera de Estados Unidos, el águila representa la fuerza del imperialismo y cómo se construye a través de la destrucción medioambiental, el capital multinacional y el complejo militar-industrial que se alimenta de muerte, guerra y destrucción. Símbolo del imperialismo, el águila aparece en los afiches de Pedro Rangel (Brasil), Alex Aldrich Barrett (USA), Omar Fernández Soto (México) y Jorge Luis Rodríguez Aguilar (Cuba).

Del otro lado de esta lucha épica está la paloma, un símbolo de paz, que a menudo a sido cooptado por el mismo enemigo que provoca la guerra, que vende una paz que no es la que los pueblos oprimidos necesitan. La “paz” ofrecida en Pax Americana de Alex Aldrich Barrett (USA), donde el ejército estadounidense, sus servicios de inteligencia y capital financiero están disfrazados de una paloma blanca, contrasta con la paz que emerge de las luchas populares, representada en El imperialismo es el enemigo del pueblo, de Meshaal Meshaal (Palestina).

En conjunto, las obras nos muestran que el imperialismo tiene muchas caras y roles en diferentes partes del mundo. En nuestra lucha antiimperialista debemos encontrar respuestas diversas, utilizando herramientas múltiples, entre las que el arte es una de las esenciales. Esta exposición ofrece un destello de esa respuesta colectiva, creativa y multifacética. A través de estas imágenes, estamos alzando juntas nuestras voces.

 

El auge de la derecha

<Evan Branan, La bestia habla, USA.>

En respuesta a las críticas al golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia, respaldado por Estados Unidos, el magnate de Tesla Elon Musk declaró: “¡Haremos un golpe a quien queramos! Lidien con eso”. Ese es el tenor de la ofensiva de la derecha internacional actualmente, que muestra desprecio por la democracia de las naciones y nos amenaza con atacarnos con una violencia brutal, tal como lo representa Evan Branan (USA) en La bestia habla.

Liderada por Estados Unidos, la derecha mundial ha crecido y alcanzado una nueva etapa de consolidación de su ofensiva imperialista. Mientras se remonta a la tragedia que el fascismo desató en Europa durante la década de 1930, en palabras de Karl Marx, este momento histórico se está repitiendo a sí mismo, “la primera vez como tragedia, la segunda como farsa”. Como se ve en El imperialismo es el nivel más alto en el juego brutal del capitalismo de Adeeb Hamdan (Palestina) y El petróleo es la carta ganadora del imperialismo de Monah Abdsalam Alsaadi (Palestina), las grandes empresas de energía, los monopolios tecnológicos y los gigantes del retail ahora tienen unos títeres y bufones macabros al frente de su matonería y resguardando sus robos.

Aunque es la mayor caricatura de los intereses virulentos de los grandes negocios, Donald Trump no está solo. En el peligroso mazo de cartas de la derecha internacional, tiene su contraparte en figuras como Jair Bolsonaro en Brasil y Rodrigo Duterte en Filipinas, como muestra Anke Gladnick en El fascismo en los EE. UU. respalda el fascismo en Filipinas. Estas figuras autoritarias armadas suelen usar la violencia como antídoto a los problemas sociales cuando la guerra cultural no es suficiente para fabricar consentimiento.

La nueva derecha ha engatusado el descontento popular y se lanzó oportunistamente a criticar la crisis económica. Pero en lugar de identificar el origen de la injusticia y la desigualdad en la dominación continua del capital financiero sobre las masas trabajadoras, la derecha conjura falsos enemigos. Culpan a migrantes, refugiadxs, pobres del campo y la ciudad, mujeres, disidencias sexuales y minorías religiosas. A menos que nos organicemos para combatir el odio que difunden en palabra y obra, unos pocos seguirán teniendo prosperidad económica mediante diversas formas de burla y represión.

 

Bombas

<Rebel Politik, Unidad de lxs oprimidxs contra el imperialismo, India.>

Durante décadas, las fuerzas del imperialismo han usado bombas para destruir las vidas y los medios de subsistencia de los pueblos que se han interpuesto en su camino. El imperialismo estadounidense ha dejado una marca indeleble en los países que ha bombardeado, desde las bombas atómicas detonadas en Japón a las toneladas de napalm arrojadas en Vietnam, hasta los actuales ataques con drones en Medio Oriente. No sorprende que muchxs de lxs artistas que enviaron su trabajo a la III Exposición de afiches antiimperialistas hayan usado el imaginario de las bombas para representar el terror y la devastación causadas por el imperialismo.

En Destino Manifiesto de Pedro Rengel (Brasil), el imperialismo de Estados Unidos es representado a través de la imagen de un águila calva (el ave nacional de EE. UU.) superpuesta a una bomba que cae. Esto es acentuado por la imagen de un rayo en el fondo, que simboliza el instante de destrucción causado por esas bombas. El imaginario de aves y bombas también es utilizado en El imperialismo es el enemigo del pueblo de Meshaal Meshaal (Palestina), pero con un significado diferente. En este cartel, un guerrillerx va sobre la espalda de una paloma, que le eleva del alcance de la bomba mientras vuelan hacia la victoria. El afiche evoca una sensación de esperanza de que, incluso en medio de la devastación y destrucción, los pueblos resistirán y se alzarán contra el imperialismo. En Unidad de lxs oprimidxs contra el imperialismo de Rebel Politik (India), bombas, soldados, aviones de guerra y la USAID aparecen en las trece franjas de la bandera de EE. UU., representando las herramientas y armas del imperialismo; no obstante, son opacados por la resistencia feroz de mujeres de países que han enfrentado el impacto de las fuerzas imperialistas a lo largo de su historia.

 

Lo artesanal

<Judy Seidman, El imperialismo se detiene aquí, Sudáfrica.>

¿Qué herramienta es más directa que las manos? Conectan nuestra lucha y nuestros sentimientos con contornos, sombras y formas. Esta tercera serie de la Exposición de afiches antiimperialistas está llena de líneas audaces que describen cómo artistas y militantes viven el imperialismo en sus diversos territorios. Una multitud de manos dejan huellas de sus pueblos con lápices, acrílicos y acuarelas, pero con un objetivo muy distinto del de las “bellas artes”. Este llamado no es para que pinturas al óleo sean vendidas y colgadas en casas de la burguesía, como objetos únicos o posesiones comerciales. Las obras de arte de esta exposición están hechas para ser compartidas con la gente, para llenar las calles y las redes del arte que sale del corazón y el espíritu de la clase trabajadora. 

En el afiche de Ian Gamble (USA), vemos al imperialismo convertido en un monstruo con mil manos que usan dinero para corromper, la cruz para “pacificar”, y el rifle para destruir. Nosotrxs también vemos esa conexión entre la mano y el corazón mediada por el arte digital, que transforma los trazos del pincel en lenguaje computacional de ceros y unos. El cartel de Francisco Daniel A. Moreira (Brasil) también ilustra la fuerza de nuestrxs ancestrxs con la imagen de un indígena apuntando con un arco y flecha al águila del imperio. Del mismo modo, en La vida contra el Imperialismo de Fabiola Sánchez Quiroz (México), el campesinado extiende su mano para defender la vida de las bombas de terror enmascaradas de “libertad”.

Vemos cómo la mano del artista puede multiplicarse a través de la creación de imágenes. Algunas manos apuntan al imperio, otras alzan la bandera roja, y otras se cierran para volverse puños. El imperialismo se detiene aquí de Judy Seidman (Sudáfrica) nos enseña sobre la belleza de sentirnos fuertes en la lucha colectiva. La ilustradora mezcla herramientas y técnicas, creando un río de líneas que forman caras llenas de dignidad y rabia, que llaman a sus hermanos y hermanas a actuar en respuesta al saqueo y la explotación imperialista.

Pero en todas estas manos llenas de ideas, también están los contornos de la ternura y la esperanza, capaces de tocar los corazones y las mentes de las personas —en franjas púrpura y rojo— con el horizonte de un futuro socialista. Ni nuestras manos ni nuestras mentes serán territorio de conquista.

 

Prefiero un arte “viejo” que participa activamente

en la creación de un “hombre nuevo”,

antes que un arte “nuevo” que no modifica

la situación del “hombre viejo”.

– Ricardo Carpani

 


Este texto fue elaborado colectivamente por el equipo curatorial de la Exposición de afiches antiimperialistas:

 

Luciana Balbuena, Instituto Tricontinental de Investigación Social (Argentina)

Gabriela Barraza, Escuela José Carlos Mariátegui (Argentina)

Ibnou Ali Abdelouahad, Democratic Way (Marruecos)

Tings Chak, Instituto Tricontinental de Investigación Social (China)

David Chung, The People’s Forum (USA)

Sudhanva Deshpande, LeftWord Books (India)

Ingrid Neves, Instituto Tricontinental de Investigación Social (Brasil)

Mikaela Nhondo Erskog, Socialist Revolutionary Workers Party (Sudáfrica)

Nora García Nieves, Partido Comunista de España (España)

Zoe PC, Asamblea Internacional de los Pueblos y People’s Dispatch (USA)

Ambedkar Pindiga, Instituto Tricontinental de Investigación Social (India)